¿Cómo surge la idea de crear un proyecto comunitario, partiendo de un club de lectura?

 

La idea surgió a partir de pensar en las posibilidades de la museología crítica. Por una parte, conocíamos el proyecto del Museo Comunitario y Club de Lectura de Sierra Hermosa, por otra, en Biquini Wax EPS, llevábamos un periodo de experimentación con la lectura colectiva. En el momento en que se iniciamos una reflexión desde la museología crítica, pensamos que podían unirse ambas propuestas, sumar elementos y, en mayor medida, profundizar en las alternativas de lectura creativa.

 

   

¿Cuál ha sido el reto más difícil al escoger la museología critica como una nueva  forma de interacción en una comunidad vulnerable como esta?

 

El reto más difícil ha sido buscar que la separación geográfica entre ambos espacios, en lugar de representar un obstáculo, sea una forma de trabajo. Después de conocer la historia de la localidad y la situación que enfrenta en varios sentidos, hemos comenzado a pensar, conjuntamente, en las mejores estrategias para que el diálogo entre nosotros sea constante y no dependa de las visitas y residencias que se realicen en la comunidad. El problema de la centralización de la cultura, así como de otros aspectos e infraestructuras, debilita que nuestra vinculación sea más eficiente. No obstante, esta misma problemática nos hace pensar en soluciones para el diálogo y la colaboración, donde la museología crítica es una herramienta determinante para dicha conexión.

 

 

¿Aparte del resultado que se ha tenido con adolescentes y niños hay algunas iniciativas que impulsen programas artísticos dedicados a las mujeres?

 

Sierra Hermosa es una pequeña entidad de 250 personas. Como muchos de los poblados de este país, su economía está ligada a la migración. Por esta razón, las mujeres que se han quedado, puesto que sus compañeros salen del país, representan un sector que se asume como cabeza de familia. Desde hace años, atrás a partir del proyecto comunitario y, en específico, del taller textil que se fundó a partir de ciertas donaciones, ha sido posible que las mujeres experimenten, no nada más la posibilidad de una salida económica, sino la relación directa con una actividad creativa y manual. Esto, según señalan, ha sido un cambio fundamental en su forma de vida. En esta etapa del proyecto, buscaremos fortalecer el programa para las mujeres, dedicando un curso y “círculo de lectura” exclusivo para  el taller textil, pero también tomando en cuenta su participación en las otras actividades vinculadas al museo comunitario, como ha sucedido en los últimos años.

 

 

¿Cuál ha sido su estrategia para motivar a la comunidad para  seguir asistiendo y con esto generar mayor audiencia? 

La estrategia más efectiva ha sido establecer una relación horizontal.  Sucede que en muchos de los programas oficiales se piensa que al llevar o regalar cosas a alguna población se cumple o hace efectivo un proyecto cultural. Por el contrario, en este caso específico, hemos visto que el funcionamiento comunitario, casi cooperativista, es mejor. No nos asumimos como agentes externos, sino como parte de la comunidad, con las mismas responsabilidades y los mismos esfuerzos a la hora de organizar una actividad del museo o el club de lectura, ya sea cocinando, arreglando la sala de lectura, recibiendo a un invitado, pero también con los mismos beneficios que ofrece el celebrar la lectura, aprender la historia local o trabajar en el huerto comunitario.

El diálogo común permite que conozcamos qué actividades o intervenciones (arquitectónicas, gastronómicas, musicales) pueden ser funcionar. Poco a poco esta población ha experimentado una relación natural con la cultura y el arte. Los museos contemporáneos piensan todo el tiempo en las mejores formas de atraer a los públicos, y en este proyecto eso no representa una problemática. Es una comunidad totalmente abierta y receptiva. Este ejemplo permite analizar en la efectividad que la cultura puede tener.

Claro que las carencias de la zona representan una de las razones por las que la gente se acerca. Sierra Hermosa cuenta con escuela primaria y telesecundaria, pero los poblados aledaños no, por lo que atienen a este museo y club de lectura como una alternativa a la escasez educativa, entre otras tantas, que enfrentan.

 

¿Qué objetivos a largo plazo tienen?

El objetivo es que este proyecto continúe de forma autónoma. Que los talleres, biblioteca y museo lleguen a tener una organización independiente. A pesar de esta autonomía, también se pretende que exista una conexión y diálogo con otros museos comunitarios y proyectos colaborativos, nacionales e internacionales, de forma constante, de forma que reconozcamos diversas problemáticas, pero también soluciones.

 

Este proyecto se asume como una forma de resistencia a diversas problemáticas que suceden en el país y en la región. Puede ser que la unión comunitaria, su visibilidad y organización no resuelvan por completo los retos ecológicos, económicos y políticos que existen, pero sin duda, ofrecen una alternativa de cambio.  

 

Por último,  ¿Qué sugerencias podrían hacer para proyectos emergentes que están empezando?

 

Creo que lo más importante es conocer el caso específico con el que se trabaja. Cada caso tiene aspectos y características distintas y a partir de su reconocimiento es posible una entrada. El error ha sido, desde hace unos años, específicamente desde mediados de siglo XX, el intentar homogeneizar los aspectos educativos, arquitectónicos, culturales de las diversas comunidades que componen México.  Parece que el volver a la especificidad del caso y a un relato histórico fragmentado de cada localidad es un buen comienzo para detener esa generalidad.